Incluso las frutas y la cesta que Elisa tiró Mike Hunt los recogió y se los llevó

Una cesta de fruta costó varias decenas de dólares.

Incluso si lo lleveban a casa para comérselo, no dejarían que Serenity lo obtuviera.

Serenity: ¡Mierda! ¿A quién le importa las frutas de andrajo?

John Hunt había venido en el coche de su hermano mayor y, al subir el coche, se apresuró a llamar a su jefe, el señor Ziegel, para explicarle lo que acababa de ocurrir.

Pero el señor Ziegel ya había sido informado por la central, dijo sin esperar a que John terminara su explicación.—John, la disputa entre tú y tus dos hermanas es en realidad muy simple y fácil de resolver. Siempre y cuando les pidas disculpas, muestres una gran sinceridad y luego te disculpes públicamente en Internet, esto no sólo hará que tus dos hermanas te perdonen, sino que el público también verá que has aprendido de tus errores y dejará de censurarte.

—Sin embargo, ¿qué estáis haciendo? Te he suspendido durante mucho tiempo, y en lugar d