El secretario de Luna se quedó atónito.

Realmente no esperaba que Lucas fuera una mujer.

Se hablaba mucho en la empresa, pero ninguno se atrevía a preguntar la verdad.

Las mujeres que adoraban a Luna a escondidas y sin tapujos estaban aún más desesperadas. No les extrañó que nunca aceptara los sentimientos de las chicas ni se acercara mucho a las mujeres, porque sí era una mujer.

También entendían por qué Kevin podía capturar el corazón de Luna.

A Kevin no le importaba lo que pensaran los demás, que Luna admitiera que era una mujer era positivo para él.

Después de que Eneko se despidiera, Kevin se dirigió al escritorio de Luna y se sentó, clavando sus ojos en los de ella.

—Por qué me miras así, Eneko debe tenerte mucho miedo ahora.

—Se lo buscó. Me costó mucho conseguir tu corazón y él dijo esas tonterías delante de ti, si no fuera tu hermano, te juro que le habría cortado la lengua.

A principios de año, la abuela le había enseñado la foto de Luna.

Ahora, faltaba poco para el fin de añ