La limpiadora echó un trozo de papel en el coche y se marchó. Quiso decirle a Dalia que alguien la esperaba en una panadería cercana, pero Dalia no la respetaba y le costó mucha paciencia no pegarle con la escoba, y no quiso decirle ni una palabra más.

Pensando que era basura, Dalia recogió el papel y se disponía a bajar del coche para regañar a la limpiadora cuando, por casualidad, se dio cuenta de que en el trozo de papel había un escrito: Nos vemos en la panadería, Sra. Zafón.

Dalia reaccionó que la señora limpiadora llamó a la ventanilla de su coche para entregarle un mensaje.

Quiso salir del coche para alcanzarla, pero se había ido y, además, Dalia le maldijo tanto que, aunque la alcanzara, la señora no le haría ni caso.

Dalia no tuvo más remedio que alejarse del hospital.

Pensó que como la señora Zafón había podido hacer que la limpiadora del hospital le entregara el mensaje, seguramente estaba cerca.

Para vengarse y conseguir ayuda económica que aliviara su situación actual, Dal