Mientras hablaba, Alice volvió a fruncir el ceño, se sujetó el vientre y le dijo a Elisa: —Elisa, es posible que tenga que dar a luz antes de tiempo. El dolor es un poco más intenso.

—Te llevaré al hospital de inmediato.

Elisa se ponía nerviosa.

Estaba a punto de ayudar a Alice a levantarse cuando esta última dijo: —Ve primero a mi gabinete y saca el kit de parto que he preparado. Debes llevarlo al hospital. También mis archivos de controles prenatales que están en mi tocador. Tengo que llevarlos conmigo.

—Está bien, siéntate primero y los conseguiré. No te preocupes, no te pongas nerviosa.

Prometió Elisa, apresurándose a buscar el kit de parto.

Después de tomar los archivos, bajó corriendo las escaleras.

Mientras tanto, Alice seguía esperando a Elisa, pero inesperadamente esta ya se fue sin esperarla ni llamarla.

Alice se sintió un poco impotente. Elisa le había dicho que no se pusiera nerviosa y que no tuviera miedo, pero al final, fue Elisa quien actuó nerviosa, dejando atrás a una