Noah no lo pensó bien. Eligió el lugar equivocado.

Estaban cerca de un cruce de semáforos, así que había cámaras de vigilancia por todas partes.

Era cierto que ellos empezaron la pelea y Serenity solo estaba actuando en defensa propia.

Noah pensó que sería fácil enfrentarse a Serenity si venía con un grupo de siete u ocho hombres, ya que ella era una mujer debilucha. Inesperadamente, ella sabía pelear. Su familia nunca le dijo que ella sabía artes marciales.

“¿Qué quieres?”.

Noah intentó salvar su oreja, pero Serenity tiró de ella con más fuerza. Gritó de dolor y maldijo: “¡Suéltame! ¡Mis padres no te perdonarán si me arrancas la oreja!”.

“Llámame Hermana”.

“¡No! No eres mi hermana”.

“Sí, no soy tu hermana. No tengo un primo como tú”.

Serenity tiró con más fuerza y Noah gimió de dolor. Sus compañeros se quedaron asustados por sus habilidades de artes marciales. Al verla maltratando la oreja de Noah, se retiraron en silencio.

“¡Deténganse ahí, todos ustedes!”. El rugido de Ser