—Bueno.

Margaret acompañó a Yvonne fuera de la casa para despedirse de ella.

Se quedó en la puerta mirando a Yvonne alejarse, sintiendo muy pena. Yvonne era una buena chica, pero no era novia de su hijo.

El destino entre las personas era tan escurridizo.

Sin duda, Liberty no era rival para Yvonne actualmente, pero a Duncan sólo le gustaba Liberty y no le interesaba nada de Yvonne.

Unos momentos después, Margaret regresó a la casa.

Vio a su hijo levantarse lentamente, dar un paso y sentarse con éxito en el sofá sin la ayuda de su guardaespaldas.

Margaret se emocionó mucho al verlo. Su hijo no solo era capaz de levantarse solo, sino también de dar un paso.

El guardaespaldas apartó y aparcó la silla de ruedas y luego salió en silencio.

—Duncan, ¿estás bien?

Margaret se acercó rápidamente y se sentó junto a su hijo, sus ojos preocupados se posaron en sus piernas. Al ver que a Duncan le temblaban las piernas, sintió el dolor de corazón, y le acarició suavemente las pantorrillas.

—¿Todavía t