Lucas fingió no darse cuenta de los movimientos de sus padres.

Quería que su guardaespaldas llevara a Kevin de regreso al hotel.

Pero Román dijo: —Lucas, deja que Kevin tome tu auto. Kevin bebió mucho. Me temo que se sentirá incómodo en el camino y nadie lo cuidará.

Lucas: —... Lo veo.

«Tampoco tengo alguien que me cuide.»

«No eres tan considerado y afectuoso con tus hijos.»

A petición de sus padres, Lucas no tuvo más remedio que pedirle a Kevin que subiera a su auto, y pidió a los guardaespaldas que condujera el Maybach de Kevin de regreso al hotel.

Después de que el auto salió de la Mansión Díaz, Lucas giró la cabeza y miró a Kevin, quien había estado apoyado en el respaldo del asiento con los ojos cerrados.

—Señor Kevin, ¿estás borracho?

—No estoy borracho, solo estoy un poco mareado, pero todavía estoy consciente.

Lucas guardó silencio y luego comentó: —A mis padres les agradas mucho. Nunca antes los había visto tan animados charlando con jóvenes. Mi papá incluso sacó el buen vino