Capítulo 1754
Leandro era un hombre agradecido. Como Isabela le salvó antes, él le iba devolviendo el favor y ahora era la mano derecha de Isabela.

Lorena había pensado en emparejarlo con Isabela. Creía que Leandro era fiable y no le importaba que Isabela fuera ciega. Además, sabía que a Leandro le gustaba Isabela, pero que lo disimulaba tanto que nadie se daba cuenta.

Sin embargo, Isabela sólo consideraba a Leandro como un hermano y nada más.

Lorena se rindió después de varios intentos.

—De nada, Lorena, toma asiento. Os llamaré para cenar cuando la comida esté lista.

Leandro volvió a la cocina para seguir cocinando.

Isabela y su tía se sentaron en el sofá.

—Tía, ¿por qué no vienes con Ania?

Ania era la nieta de Lorena, recién cumplidos los dos años y muy enternecedora.

—No salí de casa. Fui varias veces a Annenburg, no conseguí ver al médico milagroso, pero sí a la doctora Stark.

Ante eso, Isabela se puso un poco nerviosa.

La doctora Stark era la única discípula del médico milagroso. Él le había t
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