Liliana se quedó callada, con mal humor.

Era la primera vez que le gustaba un hombre, ¿iba a terminar antes de empezar?

¡Estaba muy poco dispuesta!

No podía entender por qué Serenity había conseguido el corazón de Zachary, un hombre tan maravilloso.

...

En la oficina de presidente de la Corporación York.

En la sala de descanso, Serenity cubrió a su sobrino dormido con una manta y le preguntó a su marido: —¿Puede Alfonso solucionar el problema? Sólo tiene una hija, Liliana, y debe quererla mucho.

Zachary atravesó a Sonny y se sentó junto a Serenity a pesar del espacio reducido. Apoyó la cabeza con una mano y pellizcó suavemente el rostro de su esposa con la otra.

—Seren, ¿estás celosa?

Rara vez estaba celosa.

Desde que se casaron hasta ahora, nunca había tenido una sensación de celos.

Serenity siempre sabía que había mucha gente que adoraba a Zachary, pues se había enterado por Josh. Sin embargo, la única persona que se atrevió a confesarse abiertamente y a perseguirle fue Elisa, que te