Hank Brown parecía haber llegado recién también, al ver que la cafetería aún no estaba abierta, se quedó un momento en la entrada antes de dar media vuelta para irse.

Pero justo cuando se giró, vio a Liberty acercándose en su bicicleta eléctrica con su hijo.

—¡Liberty!

Hank la llamó en voz alta.

Al escuchar la voz de su exmarido, Liberty sintió un impulso de darse la vuelta y alejarse.

La presencia de su exmarido y su familia parecía persistente como un espíritu perturbador.

Cuando aún estaban casados, Hank nunca se preocupaba tanto por ella y su hijo.

Su hijo Sonny, sentado en el asiento delantero, se alegró mucho al ver a su padre y comenzó a llamarlo en voz alta.

A pesar de todo, Liberty decidió no dar la vuelta y huir. Ella no era una criminal, no tenía nada que temer.

Hank bajó los escalones para acercarse a ellos.

—Sonny.

Una vez que Liberty estacionó su bicicleta eléctrica, Hank se adelantó, sacó a Sonny del asiento de niño, y le preguntó con una sonrisa: —Sonny, ¿extrañas a pap