Capítulo 1003
Dalia estaba provocando a Elisa y Serenity.

Estas dos mujeres podían ayudar a Isabela en ese momento, pero ¿podrían seguir ayudándola después?

Mientras ella quisiera, podría hacer pedazos la floristería de Isabela cuando quisiera, e Isabela ni siquiera se atrevería a buscarle problemas.

Isabela no era tonta. Después de que Elisa señalara que el vino estaba drogado, ella jamás bebería ese vino. Dijo ligeramente.—Olvídalo. Te doy este ramo de flores como un regalo. No te cobraré por él.

Tras decir eso, se encaró de nuevo con Elisa y Serenity y les dio las gracias. A su voz siempre fría se añadió un poco de agradecimiento.

—¡Isabela Nuñez, no me hagas ser descortés contigo!

Dalia se sintió desprestigiada y enfadada por no haber conseguido su propio objetivo.

Al ver que Isabela estaba a punto de irse, extendió la mano y tiró de ella hacia atrás, y con un vuelto, se detuvo frente a Isabela. Apretó la barbilla de Isabela con una mano, muy fuerte, y deseó obligarla a beberse el vino.

Serenity
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