Capítulo 991
Berta, consciente de su erroes, parpadeó a su madre y se calló.

—¡Hija tonta! —Mónica se enfadó tanto que la arrastró hasta el salón y le susurró—. Lo quieres, ¿verdad?

—Interesante... ¿Y qué?—Berta agachó la cabeza como si hubiera hecho algo malo, pero su tozudez se reflejaba en su rostro—. Te... Tenemos licencia matrimonial...

—¿De verdad te vuelves loca? —Mónica le pinchó con el dedo—. ¡Ese certificado de matrimonio es falso!

—¡Mamá, baja la voz!

—¡Berta! —Mónica estaba triste.

Era como si una buena col fuera mojada por un cerdo, o una flor bonita fuera sacada de su maceta...

—¡Mamá sabe lo que estás pensando, por eso lo entrené! —Mónica bajó la voz y le explicó pacientemente—. ¡Si lo entreno ahora, te seguirá en el futuro y serás feliz!

—¿Sí?—Berta se quedó de piedra.

Mónica, cariñosa e imponente a la vez, rió suavemente:— ¿Cómo podría hacerte daño mamá? Sólo desearía que hubiera un hombre que te tratara bien, que te mimara de por vida como hicimos tu padre y yo... Si un hombre así
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