Capítulo 944
—Su tío es demasiado tacaño para engañarnos con un helado.

Santiago oyó la palabra —helado— y miró a su padre con ojos grandes, su cara se ensució.

Pensó que su padre también quería uno y sonrió, entregándole el helado.

Polo se sorprendió un poco, luego su corazón se llenó de gran emoción... ¿Quién dijo que el hijo era una chaqueta de cuero agujereada? ¡Qué amor tenía este hijo! ¡Mejor que una chica!

Incluso las palabras de Lucía llevaban celo: — Ay, parece que Papá sigue siendo más importante para ti, ¿no? Cuando pillas un bicho, se lo llevas a mamá, y cuando hay algo bueno para comer, ¡piensas en tu padre!

—¿Qué, tu hijo está pensando en mí y tú estás celosa? —Polo estaba orgulloso.

Lucía le miró y no dijo nada.

Las manos regordetas de Santiago seguían sosteniendo el helado, parpadeando a su padre y dijo: —Un trozo.... Una gota...

Santiago le dejó probar un poco.

Pero, ¿cómo Polo podía rechazar la buena voluntad de su hijo? En un arrebato de excitación, ¡se tragó el helado entero!

Sa
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