Sonny Brown se humedeció los labios y tomó un gran sorbo de su taza de café.Con la taza de café cubriendo su rostro, podía ocultar su pobre actuación.En ese momento, un gato siamés se acercó corriendo, maullando y frotándose contra las piernas de Ana Ramírez.Ana se sorprendió, sonrió y levantó al gato, acariciándolo suavemente mientras lo colocaba en el asiento.Sonny dejó su taza y recordó que Ánsar fue a buscarla con tanta prisa hace dos días, diciendo que debía encontrarse con Ana y pidiéndole que le ayudara.En ese momento, ella estaba completamente desconcertada, sospechaba profundamente si Ánsar Ramírez había recibido una inyección equivocada o si estaba tomando la medicación incorrecta. ¿Él le estaba pidiendo ayuda?Esta persona había sido orgullosa toda su vida, nunca se había humillado ante nadie de esa manera.Sonny pensó que tal vez Ánsar aún tenía sentimientos no resueltos hacia Ana, lo miró fríamente por un momento y resopló diciendo. —Tienes algo de conciencia.—Entonc
Al mismo tiempo, en otro café de la misma calle, había un ambiente animado.El café también estaba reservado, era difícil que ellos se reunieran, sin mencionar que todos estaban presentes.Samuel Baro y Valentina Alonso eligieron un lugar junto a la ventana, con sus cabezas juntas. Valentina estaba concentrada leyendo una colección de poemas originales de Goethe, mientras Samuel abría los ojos y la observaba, contando una a una las pestañas de sus ojos.Teo López intentó escaparse discretamente para fumar afuera, pero Lynn Rodríguez lo pilló en el acto y lo arrastró de vuelta jalándolo de la oreja.Carla Juárez sacó un mazo de cartas para jugar con Álvaro Mason, pero Álvaro Mason sonrió levemente y sacó un conjunto completo de hojas de exámenes...Carla quedó atónita, con una expresión de desesperanza en su rostro. Álvaro la educó seriamente, con tono grave y reflexivo. —Has estado fuera de la escuela por mucho tiempo, has perdido los exámenes de admisión de este año. Debes obtener bue
Brenda Cruz sonrió, fingiendo su personalidad habitual como si fuera un chico.Aunque hoy, en un acto sin precedentes, llevaba un vestido a cuadros.—Vaya, ¿hay algo que no puedas decirme? —Brenda le dio palmaditas en el hombro. —Es raro verte tan indeciso.Juan frunció los labios y susurró. —Brenda, ¿realmente me consideras tu mejor amigo?Brenda se quedó atónita por un momento, luego asintió apresuradamente.—¿Somos... buenos hermanos?—Ja... —Brenda sonrió de manera un tanto forzada, pero respondió con una sonrisa. —Sí, por supuesto. Siempre hemos sido buenos hermanos.—Ahora, como hermanos, quiero pedirte un favor...Brenda lo miró fijamente, atenta, con miedo de perder una sola palabra.—Dime.—¿Estás planeando una nueva película?—Sí.—¿Podrías...? —Juan se pasó la lengua por los labios, dudando. —¿Podrías darle a Diana una oportunidad de interpretar un pequeño papel en tu película?La sonrisa en el rostro de Brenda se congeló al instante.Su pequeña mano a su lado se cerró en un
Polo Juárez agarró la pequeña mano de Lucía García para tranquilizarla y la condujo tranquilamente hacia la calle.La ambulancia se detuvo a cierta distancia de ellos, en la intersección siguiente.Polo y Lucía aceleraron el paso y, al llegar, vieron que alrededor del café ya había bastantes personas, médicos y enfermeros que se movían apresuradamente, con expresiones serias.Y la persona de prisa y ajetreo, quien llevaba una camilla de un lado a otro, ¡era Sonny Brown!—¡Mamá! —Polo no pudo evitar exclamar.Sonny alzó la vista rápidamente y se sorprendió al ver a los dos en medio de la multitud.Lucía estaba extremadamente preocupada. —Tía, ¿mi mamá está...?Antes de que terminara la frase, Ana Ramírez salió del café sana y salva.Lucía se apresuró a acercarse y tomó el brazo de ella, examinándola detenidamente.Afortunadamente, los ojos de su madre estaban llenos de vida, lo que indicaba que no había tenido ningún problema anterior.Sin embargo, su rostro estaba pálido y frágil, como
—Oh, no estábamos hablando de nada importante. —dijo Ana Ramírez con calma. —Solo estábamos reflexionando sobre cómo el tiempo pasa volando. Cuando uno envejece, realmente tiene que cuidar su salud.—Mamá... —Lucía García mordió su labio. La pregunta estuvo en su mente por un tiempo, pero le costó decidirse a hacerla.—¿Ya te has encontrado con tío Ramírez?Ana se sorprendió y asintió suavemente. —Sí.—¡Es demasiado increíble! —Lucía la miró con asombro y sonrió. —Mamá, ¿sabes qué? Siempre he querido presentarte a esa persona, ¡y resulta que es él! Tío Ramírez incluso tiene un gato siamés. La última vez, planeé que trajeras a gordito Naranja para conocerlo...Sonny dio unas toses suavemente y Ana guardó silencio.Solo Polo apretó su pequeña mano firmemente.Lucía se quedó perpleja por un momento, y con su agudeza, notó que algo no estaba del todo bien con esas personas.Sin embargo, no podía precisar qué era exactamente.Sonny era astuta y sabía que si Lucía, con su inteligencia, pensa
No pasó mucho tiempo antes de que Paul regresara.Sostenía un portátil en sus manos.Después de que Lucía García terminó de comer, él hizo un gesto con la mano para que los sirvientes retiraran los cubiertos de su frente y colocó la computadora frente a ella.Polo Juárez también se sintió intrigado y se acercó para echar un vistazo. En la pantalla del portátil se mostraban filas y columnas de tablas, junto con números apretados.—Estas son cuentas, no son las de la corporación, son las de toda la mansión de la familia Juárez.Dijo Domingo Juárez con voz tranquila, —Lucía, mira con atención y ve si hay algo incorrecto.—Abuelo, esto...Polo está a punto de hablar, pero Lucía le toca discretamente la parte posterior de la mano.Ella le hizo un gesto de ojos y sacudió ligeramente la cabeza.Ella entendió que Domingo la estaba poniendo a prueba.Desde que descubrió la relación ilegal de Carlos Juárez con la venta de tierras en las afueras de la ciudad, Don Juárez la había mirado de manera
—Además... —Lucía García pensó por un momento. —Los gastos de seguridad y los costos de los guardaespaldas privados se superponen y también deberían eliminarse.—¿Qué? —Domingo Juárez se sorprendió.—Don Juárez, —explicó Lucía con calma, —a familia Juárez ya tiene un sistema de seguridad avanzado y los mejores guardaespaldas están distribuidos en todas las propiedades. No es necesario contratar guardaespaldas privados. Si se trata de guardaespaldas privados, deberían pagar de forma individual. ¿Por qué debería compartirse con la familia?Polo Juárez estaba encantado en su corazón y le dio un pulgar arriba a su esposa.Los problemas que Lucía señaló apuntaban directamente a Carlos Juárez y a Domingo Juárez.De la generación actual de la familia Juárez, aparte de Polo Juárez, que era el más apreciado por el abuelo, había varios primos hermanos que estaban sirviendo en la sede central.También había primas hermanas que estaban haciendo grandes avances en sus respectivas sucursales.Solo C
Lucía García quedó un poco atónita, su rostro encantador se puso un poco rojo, y sus labios se curvaron ligeramente.Aunque había oleajes en su interior, aún mostraba una calma aparente, manteniendo su excelente compostura.Domingo Juárez apreciaba mucho su capacidad para mantener la calma en cualquier situación.—Si no dices nada, lo tomaré como un sí. —dijo él sonriendo. —Después de todo, cuando te cases con Polo, serás la dueña de la familia Juárez y toda la gestión de la propiedad quedará en tus manos. Ja... después de trabajar duro durante más de medio siglo, ¡finalmente podré disfrutar de mi tiempo libre!—Abuelo... —Polo Juárez lo miró con sorpresa, incapaz de encontrar palabras para expresar su alegría.—¿Por qué esa expresión? —Domingo lo examinó de arriba a abajo.Polo sonrió y dijo. —Usted siempre ha estado en contra, ¿verdad? Estaba pensando en decirle sobre mi propuesta a Lucía en estos días...—¡Mocoso! —dijo Domingo sin dejarlo terminar, Domingo abrió los ojos de par en