—Ella sufre intoxicación alimentaria, pero los síntomas son bastante leves. Ya le he dado medicamentos, así que solo necesita descansar bien esta semana y se recuperará pronto.

—¿Intoxicación alimentaria?—, exclamó Lucía García, asombrada.

—Fue culpa mía—, dijo Polo Juárez mientras la miraba.

—Lucía... No te dejé beber esa sopa por la mañana porque sospechaba que Josefina había añadido algo en ella.

Lucía se quedó sorprendida.

Pero ella sabía que Polo no sospecharía sin motivo, y mucho menos acusaría injustamente a Josefina, la leal ama de llaves.

—En realidad, pensé en darte esa sopa, pero en ese momento Naranjito se subió al alféizar de la ventana para buscar comida, así que le serví un plato.

—Sin embargo, Naranjito lo olfateó y se apartó.

—A partir de ese momento, comencé a sospechar si había algo en la sopa.

Lucía finalmente comprendió por qué Polo estaba tan preocupado en ese momento, por qué decía cosas extrañas, como que no comiera nada hecho por Josefina en el futuro...

—Cuand