Polo se puso serio y mantuvo en silencio.El aire pareció congelarse y Domingo lo miró fijamente.Volvió a preguntar en un tono agravado: —¿Quién es Lucía García?—Es mi esposa.¡Domingo levantó la mano de repente!El juego de té se rompió a pedazos con un estampido.Polo apretó los puños y las venas azules en el dorso de sus manos sobresalieron.Domingo preguntó bruscamente: —¿Cuándo te casaste y tuviste a esta mujer?—Si no hubiera detenido esta declaración esta vez, ¡realmente estarías planeando regalar a los demás la mitad del poder de la familia Juárez!El mayordomo y los sirvientes, que estaban afuera de la puerta, ni siquiera se atrevieron a respirar cuando escucharon el movimiento adentro.Incluso Omar estaba atónito.Domingo siempre mantenía tranquilo y se contenía bien. Rara vez había momentos en los que estuvo tan enojado.Pero hoy, los dos, el abuelo y el nieto eran como dos leones machos que se peleaban. Solo el sonido hacía la gente tener miedo, y mucho menos las acercaba
—La Ciudad Central es tan grande que siempre hay un lugar para ella. —Domingo apretó la muleta de dargón,—Encuéntrale un lugar para vivir. Cuando te cases en el futuro, también puedes ir a verla varias veces al mes.—¡Siempre que se mantenga a sí misma y no cause problemas, puede quedar cerca de ti!Polo estaba atónito y sonrió fríamente durante mucho tiempo, —¿Resulta que quieres que sea una concubina para mí?—Este tipo de mujer, ¡ha sido apreciado demasiado ser tu cuncubina!El corazón de Polo tembló ferozmente.—¡Eso es imposible!—Su voz era feroz, —¡Nunca dejaré que sufra tales agravios!—Entonces, ¿qué quieres hacer? ¿Casarte con ella? —Domingo dijo bruscamente—, ¡Veo que has sido endemoniado!Domingo jadeó, se volvió para mirar por la ventana y se cubrió el corazón.—Polo, rómpete rápidamente con ella! Aunque no quieres casarte con Serena Alonso, ¡puedes elegir una de las otras tres familias principales como esposa!—He dicho, ¡no quiero a nadie excepto a Lucía en esta vida!—¿D
Polo se paró. Su sombra era alto e indiferente.Giró la cabeza y miró fijamente a Serena. En sus ojos fríos se mostró un toque de burla.—¿Matrimonio?—¿Señorita Alonso, cuándo tenemos un matrimonio?Serena se sorprendió y abrió bien sus ojos.—El matrimonio que entiendo es el con base en la voluntad de ambas partes. ¡Qué lástima que creo que no tenemos la base!—Polo, tú...—Será mejor que me llames Señor Juárez —Polo sonrió confrialad—. Señorita Alonso, ¡no estamos tan familiarizados que puedes llamarme por mi apodo!Al decirlo, simplemente se dio la vuelta rápida y claramente, dejando a Serena sola en el lugar.Su espalda desapareció gradualmente de su vista.Serena apretó los dientes. Sus dos manos agarraron con fuerza el dobladillo de su falda y su corazón era agobiado como por una gran roca.Respiró hondo, se calmó un poco y entró en el estudio.Domingo también tenía muy mala cara.Serena vio el juego de té roto en el suelo y la muleta de dragón vertida a un lado.Con solo mirar
Hubo silencio al otro lado del teléfono.Por un momento, la voz suave y pegajosa de la mujercita llegó a sus oídos.—Yo también te amo.El corazón de Lucía latía con fuerza. Sus mejillas era rojas como febriles y rápidamente colgó la llamada después de hablar.Apretó su celular por un momento y se rio suavemente.Llvaban tantos años casados, y parecía que los dos nunca habían dicho oficialmente "Te amo."Lucía se estiró, sintiéndose bien como si estuviera en las nubes. La figura de ese hombre definitivamente volvería a aparecer en su sueño esta noche.Después de colgar el teléfono, Polo estaba a punto de dejar que Omar condujera para recogerlo, pero escuchó un sonido detrás de él.—¿Es esa señorita García?Su corazón se apretó, y se dio la vuelta bruscamente. Una luz fría apareció debajo de sus ojos.—¿Por qué sigues aquí?—Polo... —Serena hizo una pausa y luego cambió sus palabras—, Señor Juárez, no es una solución seguir así con la señorita García.La cara de Polo estaba sombría, —¡M
—Señorita, ¿qué le pasa?—El sirviente que la persiguió de la familia Alonso llegó con prisa.Al ver la cara de mal humor de Serena, la criada también adivinó un poco. Se puso el abrigo que trajo y dijo suavemente con alivio:—Señorita, no se preocupe. Mientras Don Juárez no aprobe, el señor Polo no se atreverá a traer de vuelta a esa mujer...—¡Pero quién soy yo!—Señorita, dudo que esa mujer no tiene antecedentes, ¿o busquemos a alguien para investigarla en secreto?Serena recordó la apariencia despiadada de Polo en este momento y dudó.—Señorita, el señor solo dijo que no se le permitía acercarse a esa mujer, ¡pero no dijo que no se le permitía investigar!Serena se entrecerró los ojos ligeramente, solo conociéndose a sí misma y a Lucía García se podrían descubrir las debilidades suyas.¡Entonces podría adoptar la medida correcta!...En el Pueblo Santo Córdoba.Lucía llevó a su madre a casa y fue a ocuparse en la cocina.Emilio fue responsable de recoger sus cosas. Las arregló tan r
Lucía la miró con sospecha, cerrando la puerta como le dijo.Ana se sentó en la silla con la expresión solemne y sombría. Sus ojos parecían desenfocados en cierto lugar fuera de la ventana.—Mamá... —Lucía se puso en cuclillas frente a ella.—Lucí —volvió a sus sentidos tras mucho tiempo, girando lentamente la cabeza para mirar la pequeña caja en la esquina—, Ve y tráemela. Lucía estaba atónita. Su corazón latía repentinamente como tocar un tambor, y se sintió inquieta.Así lo hizo. La pequeña caja de palisandro era ligera, y podía levantarla con una mano. El grabado en su superficie era muy delicada y especial.Lucía también tenía curiosidad por ella cuando era niña, pero Ana no se le permitió tocar, por lo que reprimió su deseo.Esta fue la primera vez en su vida que estaba tan cerca de esta caja.Había una cerradura de cobre en ella que en esta época, apenas se podía ver algo tan retro.—Lucí —Ana estaba un poco triste—, No soy una buena madre y te he estado arrastrando todo el tie
Así que debería haber otra persona en el dormitorio.Se acercó en silencio y empujó suavemente la puerta del dormitorio, y vio a Lynn y Lucía durmiendo dentro.Polo sonrió de repente, parecía que debía ser su mujer la que tenía miedo de vivir sola, por eso había llamado a su buena hermana para que la acompañara. Y como Teo estaba preocupado por Lynn, debió tener la desfachatez de acompañarla también.Dejó suavemente su equipaje y se acercó con cuidado a Lucía.La cama en la que ambos dormían era grande. Lucía dormía de espaldas a Lynn, y había un espacio considerable entre ellos. Lucía tenía una almohada entre los brazos, una que Polo solía usar.Entornó las cejas y curvó los labios mientras se movía suavemente para arroparla.En ese momento, Lynn, a su lado, se dio la vuelta, se frotó los ojos dormida y, por la tenue luz, ¡se dio cuenta de repente de que había una persona de pie en la cabecera de la cama de Lucía!—¡Ah! —Lynn gritó asustada.¡Despertó a Lucía de una bofetada con fuerz
La cara de Lucía se puso blanca y se apresuró a levantarle la camiseta para comprobar la herida.Tenía una clara huella de zapato en la cintura.—¡Está todo rojo! —Se lo frotó con ganas y se giró para mirar a Lynn.—Lynn, ¡mira! ¡Teo le ha pateado así!Teo nunca esperó que Lynn, que hacía un momento le estaba mostrando su afecto, le mirara como si fuera otra persona en un rato después.—Sí, ¡por qué eres tan descuidado!—Lynn —Teo tenía una mirada inocente—, no me ayudaste...—¿Ayudarte con qué? —Lynn cogió a Lucía por los hombros—, ¡Lucí ni siquiera está contenta! ¡Date prisa y compra medicinas para Jorge!Teo abrió mucho los ojos.¿Su Lucí?¡Me llamó tan íntimamente justo ahora!¿Quería decir que las hermanas eran más importantes que los hombres?Así que el amor se va, ¿no?Teo permaneció en un silencio atónito, levantando los ojos para encontrarse con la expresión ligeramente divertida de Polo.—Entonces, por favor, Sr. López, vaya a buscar una medicina para mí....A las seis de la