Capítulo 152
Polo le respondió, —¡Quieres una paliza!

Carla estaba muerta de risa, masticando galletas de arándanos.

Las migas de galleta caían por todas partes.

Lucía fue al patio a regar las flores. Polo fue al lado de su hermana con una mirada profunda.

—¡Come y limpia lo que ensucies!

Carla se sobresaltó por la repentina voz.

Se tragó la galleta que tenía en la boca. A pesar de su desafío, finalmente le cogió la escoba y barrió el suelo de buena manera bajo la autoridad de su hermano.

—Hermano, ahora eres tan bueno —No se olvidó de burlarse de él mientras trabajaba—. Ahora debes de ser un marido muy cariñoso, ¿verdad?

Polo le dirigió una mirada blanca.

Carla sonrió y empaquetó el resto de las galletas después de limpiarse.

—¿Para quién? —Polo preguntó de repente.

Carla se quedó atónita, y la pequeña mano que agarraba el borde de la bolsa se tensó en silencio.

Dios mío, aún así lo adivinó.

No sabía qué clase de ojos tenía su hermano, como si nada pudiera ocultársele...

—Yo...

Cuando Carla se esf
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