Capítulo 895
Después de que Silvia se marchara con la gente, Lucas abrió la puerta del coche y vio a Ana sentada en el asiento, apretando fuertemente una botella de agua en su mano, con un aspecto todavía aterrorizado.

Lucas sintió una punzada de dolor en su corazón.

—Ana, ya está todo bien, estoy aquí —dijo, mientras abrazaba a Ana en sus brazos. A pesar del calor del día, Ana estaba fría y cubierta de sudor frío, signo de un gran susto.

Lucas solo pudo tomar la mano de Ana y usar su calor corporal para calentar su mano fría. Después de un buen rato, Ana recuperó la compostura.

—Lucas, casi...

Ana, al recordar la imagen, todavía estaba asustada.

—No te preocupes, ahora estás segura. Ya he mandado a alguien a averiguar qué ha pasado. No pienses en ello.

La voz de Lucas, como si llevara el poder de calmar el corazón, poco a poco, hizo que Ana se calmara.

Ana respiró profundamente varias veces y Lucas le abrió la botella de agua y le dio algunos sorbos, antes de que finalmente se recuperara.

Ana pens
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