Capítulo 860
Este sentimiento hizo que el corazón de Lucas se ablandara completamente, apretando fuertemente la mano de Ana.

Después de un momento, el hombre reaccionó, dándose cuenta de que no era el momento de perder el tiempo aquí, y rápidamente condujo a Ana al hospital.

Sentada en el auto, los nervios tensos de Ana comenzaron a relajarse, y la herida que originalmente no le había dolido debido a la tensión, ahora comenzaba a doler intensamente.

Sin embargo, Ana no quería preocupar a nadie, así que no emitió ningún sonido, aunque su respiración se aceleró bastante.

Cuando Lucas se dio cuenta, miró el rostro pálido de Ana, sintiéndose sumamente preocupado. En ese momento, hubiera deseado poder llevarla volando al hospital para aliviar su dolor.

—¿Te duele mucho?

Al oír la voz de Lucas, Ana negó con la cabeza, y al ver su apariencia débil, las cejas del hombre se fruncieron aún más.

—Estoy bien, no es tan grave.

Al ver la rara expresión de ansiedad en Lucas, y temiendo que no se concentrara en co
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