Paco apretó el vaso al recordar el pasado.

La noche antes de su compromiso, incomprensiblemente terminó en la cama con una mujer desconocida y fue descubierto en el acto al día siguiente.

Elena parecía muy dolorida, y Paco, que aún no conocía su verdadero rostro, para compensar su error, le entregó sus acciones como prueba de que nunca más la traicionaría.

Lo que no esperaba era que Elena ya había comenzado a planear todo desde mucho antes, adquiriendo una buena parte de las acciones de la compañía. Sumadas a las que él le había dado, se convirtió en la principal accionista de la empresa.

Una vez en el cargo, Elena expulsó a todos los miembros de la familia Ríos y los reemplazó por sus allegados. Luego, utilizando diversas tácticas, forzó a la familia Ríos a seguir vendiendo acciones, destruyendo un legado centenario. Paco se dio cuenta de que algo andaba mal, pero ya era tarde.

Con la empresa en manos ajenas y su padre fallecido por un derrame cerebral tras los golpes continuos, Paco