Capítulo 732
Teresa pensó en su pasado y suspiró, diciendo:

—Déjalo, encárgate de tus propios asuntos, pero cuídate. Tu madre ya tiene muchos años, no quiero verte herida.

Ana se sorprendió un poco, no esperaba que Teresa de repente dijera tal cosa, pero de cualquier manera, el hecho de poder evitar un conflicto madre-hija la hizo sentir aliviada.

—Gracias, mamá.

Teresa hizo un gesto con la mano, no dijo más y se retiró a su habitación. Pero su figura parecía un poco más delgada, lo que hizo que Ana sintiera un sabor amargo inexplicable en su corazón.

Javier observaba todo lo que sucedía, se acercó y tomó la mano de Ana, diciendo:

—Mami, estoy cuidando a la abuela, si no tienes nada más que hacer, ve a hacer lo que tienes que hacer.

Ana volvió a la realidad, miró la expresión de apoyo del niño y asintió.

De inmediato, Ana llamó al restaurante al que suele ir y reservó algunos platos, luego se fue.

Ana esperó un rato en el restaurante. El personal del restaurante empacó algunos platos y se los entre
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