Capítulo 638
Lucío sabía que la idea de morir atropellado por un auto era absurda, pero cuando sintió que podría ser lanzado por un vehículo, la primera idea que surgió en su mente, increíblemente, fue esa humildad.

Sebastián vaciló por un momento, con algo de malestar en su corazón, dijo:

—Sé que te sientes mal, entonces, te invitaré a beber algo, cuando estés borracho podrás dejar de lado esas cosas desagradables.

Sebastián no sabía cómo hacer feliz a Lucío, lo único que se le ocurrió fue ahogar las penas en alcohol.

Lucío sonrió amargamente, asintiendo con la cabeza.

Parecía que en este momento, no tenía nada más que hacer.

Sebastián condujo llevando a Lucío a un bar, los dos encontraron un salón privado y pidieron bastante alcohol.

—Durante mi ausencia, ¿qué más ha pasado, Sebastián? Creo que lo sabes, cuéntamelo. —Lucío tomó un sorbo del amargo licor y dijo lentamente.

Sebastián vaciló un poco, pero al ver la expresión de Lucío, finalmente contó todo lo que había sucedido.

Al saber que A
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