Capítulo 597
Las heridas ya suturadas de Lucas todavía estaban derramando mucha sangre. Ana lo miró con una vista algo desgarradora, su mano se detuvo en el aire, temiendo moverse imprudentemente.

Temía que cualquier movimiento pudiera hacer que el tratamiento no saliera bien, haciendo que las heridas se abrieran.

El médico estaba preparando los medicamentos y, al verla atónita, instó:

—Corta las vendas de su cuerpo con las tijeras, ¿cómo vamos a limpiar y medicar de otra manera?

—Entendido.

Al oír esto del médico, Ana dejó de estar atónita. Buscó unas tijeras médicas en la bandeja y comenzó a cortar el vendaje que cubría las heridas.

Inconscientemente, Ana contuvo la respiración, temiendo que un suspiro fuerte causara un ligero temblor en su mano, lastimando al hombre frente a ella.

Lucas miró la cara de Ana. Aunque ella estaba ayudando personalmente a tratar sus heridas, se alegraba. Pero viendo su rostro rojo y jadeante, no pudo evitar sentir lástima.

Después de todo, no todos pueden mantenerse
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