Capítulo 188
Para distraerse, Ana sacó su teléfono celular, buscó una canción para escuchar y, rápidamente, llegó al edificio de la empresa donde tenía la entrevista. Ana entró en el edificio de oficinas, explicó que venía a la entrevista y, poco después, fue llamada para subir.

El entrevistador hizo algunas preguntas y ella respondió fácilmente. El entrevistador le pidió a Ana que esperara afuera para recibir los resultados y, justo cuando ella pensó que podría conseguir el trabajo, salió alguien de la oficina—Lo siento, señorita, aunque sus cualificaciones son buenas, actualmente está embarazada y nuestra empresa no puede contratarla.

Ana abrió la boca para explicar que, aunque estaba embarazada, no tenía síntomas severos y no planeaba buscar un trabajo solo para descansar. Haría todo el trabajo necesario. Sin embargo, el entrevistador no le dio la oportunidad de explicarse y la hizo irse.

En las siguientes entrevistas, la situación fue similar, desalentadora y desgarradora. Incluso algunas de
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