Capítulo 1444
Karla no miró hacia Lucas, pero podía sentir que el hombre ya no la estaba observando. Masticando el okra en su boca, la expresión de Karla no mostraba ninguna anomalía. Antes, cuando había escapado, para evitar la búsqueda de la familia Hernández, se quedó sin efectivo y hasta había rebuscado comida en los contenedores de basura. Esos alimentos, ya caducados o incluso ligeramente descompuestos, tenía que tragárselos, soportando la incomodidad. En el barco de contrabando fue aún peor, llegó a devorar manzanas podridas por el hambre. Con tales experiencias, ¿cómo podría mostrar debilidad por una textura desagradable? En aquel entorno, tener algo que comer, que pudiera mantenerla con vida, ya era una suerte. Hace tiempo que perdió el derecho de expresar abiertamente sus preferencias y disgustos.

La cena transcurrió con relativa calma. Ana no notó el tenso juego entre Lucas y Karla, solo se dedicaba a servirle comida a Karla. Después de comer, Ana rápidamente limpió el desorden.

Karla mir
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