La inesperada declaración de amor de Lantit dejó a Lucío algo desconcertado. Para él, esa chica era como una hermana, nunca había considerado otra posibilidad.

Después de todo, había perdido sus recuerdos y no podía ofrecer un futuro estable a ninguna chica. Por lo tanto, ¿cómo podría desarrollar sentimientos románticos?

Justo cuando iba a responder, Lantit no le dio la oportunidad a Lucío de rechazarla.

—Lo que te digo no es para que me respondas o algo por el estilo, solo quiero que sepas esto. Entiendo que ahora mismo no estás de ánimo para hablar de amor, pero recuerda que siempre habrá alguien apoyándote detrás de ti, pase lo que pase, siempre estaré de tu lado.

Las palabras sinceras de Lantit brindaron un poco de consuelo a Lucío en estos momentos difíciles.

Después de hablar, Lantit, como temiendo que Lucío siguiera rechazándola, se despidió.

—Descansa un poco, no quiero molestarte más —Y con eso, se fue.

Lucío observó cómo se alejaba su figura y tardó un rato en reaccionar.

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