Capítulo 1265
Ana de repente sintió que no podía explicarse, originalmente había dejado la puerta abierta para evitar situaciones incómodas, pero terminó causándose más problemas al levantar la piedra y golpearse el pie, haciendo la situación aún más embarazosa.

De repente, ya no tenía ganas de ayudar a Lucas con la medicina, y arrojó el ungüento que tenía en la mano directamente al pecho del hombre.

—Hazlo tú mismo, yo me voy —Dicho esto, tomó a los dos pequeños y regresó a su habitación, cerrando la puerta con fuerza.

Lucas miró el ungüento que Ana había lanzado, lo puso a un lado, entrecerró los ojos, aún sintiendo en su cuerpo el calor y el aroma de Ana cuando estuvo en sus brazos.

Justo cuando el hombre estaba saboreando aquel momento, su teléfono sonó abruptamente, interrumpiendo sus pensamientos.

Era una llamada de Hugo. Lucas contestó.

Hugo, después de ser regañado por Ana, regresó a casa cabizbajo. Pensó que su impulsividad de hoy podría haber causado malentendidos, así que decidió contacta
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