"Ya he ordenado que se recupere la grabación de vigilancia, pero... la grabación del mes pasado ya ha sido eliminada por el hotel."Lucas Hernández frunció el ceño. Ese día, iba directamenta a encontrar a alguien, pero inesperadamente sufrió un accidente de coche.Estos días, sus confidentes, incluido David Ruis, también estaban ocupados manteniendo el precio de las acciones de la empresa para evitar que aquellos con malas intenciones aprovecharan la oportunidad. Por lo tanto, no tenían tiempo para investigar lo que había sucedido ese día, y no se les podría culpar por eso."Sigue investigando, y no dejes pasar ninguna pista."Lucas ordenó con calma, y David lo respondó antes de irse.Lucas terminó los asuntos, y tan pronto como salió del estudio, se encontró con Ana, que acababa de regresar a casa del hospital.Ana no durmió bien anoche, y sentía mal en el camino, por eso ya estaba agotada en este momento. Solo quería apresurarse a buscar un rincón tranquilo para reconfortarse, pero n
Solo que, ¿en autobús?En su diccionario, nunca había aparecido algo así.Aunque la familia López no era de alta alcurnia, al menos su hija no debería estar tan pobre como para tener que tomar el autobús.Lucas de repente sintió que, Ana López, esta mujer realmente le resultaba un poco inadivinable.Se levantó, y regresó a la habitación.Al abrir la puerta, vio a Ana sentada en la silla con una expresión angustiada.Después de dar la nota a Lucas, Ana se arrepintió un poco.¿Qué pasaría si este hombre era tan mezquino que insistía en le devolviera el dinero? Entonces ella estaría en un gran problema.Al pensar en esto, estaba extremadamente apenada. Seguramente había encontrado demasiados problemas recientemente y se sentía muy cansada, por lo que su mente no estaba clara.Su expresión a veces estaba molesta y a veces enojada, mientras Lucas la observaba con interés y, después de un rato, este tosió.Ana reaccionó de inmediato y le dio una ojeada con nerviosismo. -Bueno, señor Hernánde
Lucas contestó el móvil:-Lucío, ¿cómo se te ocurrió llamarme?-Lucío Hernández, el hijo menor de su hermano mayor, Alejandro Hernández, tenía una buena relación con él a pesar de tener padres con quienes Lucas no se llevaba bien.Lucío tenía el sueño de curar a las personas desde pequeño y había renunciado a la herencia familiar para estudiar medicina y poder ayudar a los enfermos. Para no ser chantajeado por sus padres, había trabajado para pagar sus estudios universitarios y ahora estaba estudiando en el extranjero gracias a sus excelentes calificaciones.Por lo tanto, los rencores de la generación anterior no habían afectado el vínculo entre tío y sobrino.-Tío, el abuelo me dijo que te despertaste y te casaste. Es algo importante. Defenitivamente tengo que preguntártelo.-Al escuchar esto, Lucas levató las cejas,-¿lo sabes incluso en el extranjero?--El abuelo me lo dijo, pero tengo mucha curiosidad. ¿Qué tipo de chica puede quedarse a tu lado y a quién el abuelo ha elogiado tanto?
El auto corrió como un rayo, y se detuvo en la entrada del centro comercial de lujo más famoso de la ciudad S.-Señorita López, puede entrar y comprar lo que quieras. Llámeme cuando quiera irse y vendré a recogerla.A David le quedaban algunos asuntos en la compañía, por eso se lo dijo y se marchó.Ana asintió con la cabeza y entró sola al centro comercial. Al ver la deslumbrante variedad de productos y los precios excepcionalmente caros, no pudo evitar sentirse sorprendida.Desde que Pablo López la expulsó de la casa, rara vez había entrado en un lugar como ese. La única vez que vino, fue cuando Lucío la llevó.Pensando en Lucío, Ana estaba un poco distraída. Siguiendo los pasos de su memoria, llegó a la tienda y, al levantar la cabeza, vio el vestido que había probado colgado en el lugar más prominente.Todavía recordaba que Lucío le dijo que el día que le propusiera matrimonio, le regalaría un vestido así, y que ese día sería la chica más hermosa del mundo.Ana mostró una pizca de
A Irene Sánchez le pareció muy probable que así fueran las cosas.Al fin y al cabo, Ana López solía ser guapa, pero se vestía de pobre, y ahora de repente iba por ahí con una tarjeta negra con saldo ilimitado, así que debía de haber encontrado un sugar daddy.Pensando en esto, Irene Sánchez se mostró aún más desganada, fingiendo mirar los otros vestidos de la tienda mientras sus ojos se fijaban en Ana López.Después de un rato, Ana López terminó de cambiarse y salió del probador.Nada más salir del probador, varias personas de la tienda tenían la mirada clavada en ella.Ana López iba vestida con un sencillo vestido, sin maquillaje, pero la piel es tan fina como una porcelana blanca.El largo y liso cabello negro le caía casualmente sobre los hombros, haciéndola parecer una princesa hecha realidad de Disneyland, a la que la gente no podía quitar los ojos de encima.Manuel Pérez se sintió como si estuviera en su época universitaria al sentirse atraído por la belleza de Ana López.Irene S
Las dos mujeres no se dejaban, y en poco tiempo empezaron a pelearse de verdad. El drama atrajo a muchos transeúntes que acudían a la tienda, y pronto ésta se vio rodeada por un numeroso grupo de personas.El dueño de la tienda llamó a los guardias de seguridad, que separaron a las dos mujeres.Irene Sánchez, que había sido una niña mimada desde pequeña, no era rival para Ana López, y tras la pelea, no sólo no tenía la ventaja, sino que recibió varios golpes, y tenía un aspecto terrible.Cuando vio que había más gente, se le ocurrió una idea, se señaló los moretones de la cara y gritó a la multitud: —Miren a esta mujer, es tan mala, ha estado andando con hombres sin vergüenza desde la secundaria, y ahora que está con un sugar daddy, se volvió tan grosera que cree que puede golpear a la gente, ¡qué mujer tan desvergonzada! —Irene Sánchez, va contra la ley insultar a la gente. —replicó inmediatamente Ana López.Irene Sánchez se volvió hacia Manuel Pérez:—Manuel, tú trabajabas con ell
Ana López salió del centro comercial y vio el carro de Lucas Hernández aparcado fuera. Bajó la cabeza y miró su desorden, y de repente se sintió un poco triste.Aunque ella tenía las de ganar en la pelea, al fin y al cabo la familia Hernández es una familia prestigiosa, y si Lucas Hernández llega a saber que ella se había peleado con alguien fuera, tal vez la habría culpado.Pero huir no era una opción, así que Ana López respiró hondo y subió al carro.Por suerte, Lucas Hernández estaba mirando su portátil y no prestaba mucha atención a sus movimientos.Sintiéndose aliviada, Ana López se apresuró a agachar la cabeza y mirar por la ventanilla para evitar en lo posible llamar la atención de Lucas Hernández.Mientras el carro avanzaba, Ana López pensó que esto podría acabar así sin llamar la atención de Lucas. De repente, Lucas Hernández miró a su lado.El delicado ceño del hombre se frunció al ver el pelo revuelto de Ana López y las pocas marcas rojas arañadas en su cuerpo.—¿Qué ha pasa
Ana López suspiró y levantó la vista para ver dónde estaba. No conocía este lugar, parecía tan remoto que no había ni un solo carro a la vista.Ana López no tuvo más remedio que caminar y esperar a ver si pasaba algún carro y la llevaba....Después de que el carro arrancó, David Ruis miró la carretera que había a sus espaldas y se dio cuenta de que aquel lugar era tan remoto que Ana López no podría volver si nadie la recogía.—Señor Lucas, ¿me temo que la señora sola ... —¿Quiere bajar para acompañarla?Lucas Hernández habló secamente, a lo que David Ruis tuvo que cerrar la boca. Lucas abrió el expediente que tenía en la mano, pero no estaba de humor para leerlo.Pensando en las palabras de Ana López, el rostro del hombre se volvió cada vez más sombrío, y sólo después de un largo rato, dio una orden —Ve y averigua el pasado de esa mujer.Lucas Hernández no creyó en las palabras de Ana López. La mujer, viciosa y ambiciosa por el dinero, no paraba de hablar de la enfermedad de su