Capítulo 1125
Después de que Silvia se fue, Isabel miró seriamente a los dos pequeños traviesos. Javier también fue traído por los sirvientes de la casa.

Al ver el control remoto en las manos de Javier, utilizado para maniobrar el dron, Isabel estaba furiosa, su rostro se volvía más y más rojo, tal cual tomate.

—¿Acaso no les dije que Silvia es la mujer que salvó la vida de tu padre? ¿Es esta la manera de agradecerle?

—Eso está todavía está por verse. Tal vez todo esto sea una ilusión cuidadosamente planeada.

Javier, aunque atrapado, no estaba alterado en lo más mínimo. Sabía muy bien que Isabel no podía hacerles mucho daño. En el peor de los casos, los obligaría a reflexionar encerrados en una habitación. Pero en la familia Hernández, la libertad ya era escasa. Lo cual no importaba; al menos habían logrado humillar a Silvia y desahogar su resentimiento.

—Tú...

Isabel estaba tan enojada que se quedó sin palabras. Lucas observó la situación, frunciendo el ceño.

—Madre, déjame a mi encargarme de esto.
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