Capítulo 1015
—¿Puedo tomar eso como que me extrañaste, Javier?

Al escucharlo, Lucas pellizcó la suave y blanca mejilla del pequeño, dejando una ligera marca roja.

Este chiquillo habla con tal altivez. Lucas echó un vistazo a Ana, quien estaba llevando cosas a la cocina. Es igualita a su madre, orgullosa pero reacia a admitirlo.

—Supongo que sí —Javier, un poco avergonzado por la franqueza de Lucas, soltó su mano y salió corriendo.

Al ver que Javier se había ido, Jose también se sintió un poco incómodo abrazando la pierna de Lucas. Estaba a punto de soltarse para ir por unos bocadillos con él cuando Lucas se inclinó y lo levantó.

—¿No tienes nada que decirme?

Lucas sopesó el pequeño cuerpo de Jose, que había ganado bastante peso comparado con su frágil apariencia anterior.

Se podía ver que el niño había estado bien desde que regresó a casa. No solo se había fortalecido físicamente, sino que los ojos que siempre habían sido como agujeros negros ahora brillaban.

Jose permaneció en silencio durante muc
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