Capítulo 1000
Ana observó a Lucas durante un momento. Tenía que admitir que cuando este hombre mostraba tal vulnerabilidad, era como una flecha directa al corazón de cualquier mujer, evocando un deseo irrefrenable de darle todo.

Pero Ana se contuvo. No podía seguir así.

—Necesito mi espacio, tal vez tú también lo necesites.

Lucas, al ver la resolución en los ojos de Ana, entendió que hablaba en serio.

—¿Si accedo a esto, prometes comer bien?

Ana asintió.

—No tiene sentido poner mi salud en riesgo solo para discutir contigo.

Lucas sonrió con cierto alivio. Si ese era el caso, no tendría que preocuparse por si Ana dejaba de comer. Su salud ya era más frágil que la de la mayoría, no soportaría más estrés.

—De acuerdo, te lo concedo.

Al aceptar Lucas, Ana se sintió considerablemente más liviana. Por un lado, trabajar cara a cara con Lucas en Grupo Hernández estaba afectando su estado emocional. Por otro lado, últimamente había rumores circulando sobre ella entre otros empleados del Grupo Hernández
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