Al llegar a casa todo el departamento estaba decorado, las mujeres de la familia llenaron todo el lugar con globos y flores, en el centro de la sala un inmenso cartel con las palabras bienvenidas me llena de felicidad, todas me llenan de abrazos y besos.

— Ayer nos asustaste mucho a todos señoritas, así que más te vale hacerle caso al doctor en todo, olvidate del trabajo voy a buscar a alguien más por ahora, lo principal es tu salud — me dice Hannah.

— Pero yo realmente amo mi trabajo, yo puedo hacerlo — refuto haciendo mojines.

— Ya hablamos de esto Amira, vamos metete a la cama, que es tarde para tu desayuno — me ordena Mateo y obedezco porque tengo muchisima hambre.

Gracias a Dios Las chicas tenian todo listo y me trajeron a mi cuarto una band