Maximiliano Jones

Me desperté por qué los rayos del sol golpeaban mi cara, maldije al darme cuenta que anoche al acostarme no había cerrado la cortina, hoy quería dormir hasta tarde después del día de ayer lo último que deseaba era estar despierto temprano

Miré a mi lado Laila seguía dormida, coloqué mi mano en su vientre deseando sentir a mis hijos.

Sonreí

Está siempre era el mejor amanecer para mí, saber que ellos estaban siempre junto a mí.

Me levanté de la cama y fui directamente al baño con cuidado de no despertar a Laila, tomé una ducha rápida y al salir caminé al clóset y me coloqué un pantalón y una camisa color gris, mis zapatos y salí con cuidado de la habitación, caminé hasta el comedor ahí estaba mi madre y Jesús

— Buenos días — Saludé

— Buenos días ¿Y Laila?— Jesús pregunto por ella.

— aún está dormida, no quise despertarla supuse que está muy cansada — les expliqué mientras tomaba asiento — No debe de ser fácil hacer dos bebés — Sonreí

— Hablando de dos bebés, me g