En la habitación conyugal de Bruno y la mafiosa Rafaela, el clima se volvió frío, Rafi estaba muy celosa, Bruno había resultado ser un don Juan, ella no estaba dispuesta a dejarle pasar que aún habiendo sido su primer hombre, hubiera intentado follar con otras mujeres

Entiendo, entonces como tú intentaste follar con otras mujeres y no pudiste, quiero intentarlo yo también, quiero saber si funciono o no con otro hombre... - Rafaela estaba furiosa, ella nunca se dejaba ofender, ni que nadie la humillara y así se sentía por culpa de Bruno

El Alfa cambió su verde mirada a una mirada penetrante y brillante, un par de colmillos se asomaron por sus sensuales labios, si Rafaela no fuera la madre de sus cachorros y la mujer que él amaba, podría jurar que Bruno la asesinaría solo por insinuar que se metería en la cama de otro hombre

¡Bruno! ¿qué... te sucede?

Tú, mi querida luna, a lo que tienes derecho es a amarme por toda la eternidad, a mí y solo a mí, si alguna vez te atreves a hacerme cornu