Henry.

Puedo pensar en Taylor todo el día, pensar en como solucionar todo este problema y en como la enamorare de nuevo pero nada de eso tiene una respuesta absoluta, nada de lo que quiero decirle tiene una congruencia alguna.

Es mi vecina ahora, podía ir en mi caballo y pedirle que saliera de su casa para hablar, no era como antes que solo veía su vida en una revista de ves en cuando.

Parecía que eventualmente solo me complico yo mismo, desde aquella noche que le había prometido que le contaría todo no había tenido el valor de tocar su puerta.

Habían pasado tres días, solo puedo pensar en su pequeño puchero, en como en un momento de la noche sus ojos no me veían y en como dijo que la había hecho dudar sobre mi amor por ella.

Yo podía dudar hasta de mi jodida existencia pero jamás de lo que siento por ella, todo había sido ella desde que la conocí, todo mi mundo había girado a su alrededor.

Cada fibra de mi cuerpo la ama y cada momento de mi vida podía imaginarme con ella.

Había solta