Capítulo 393
—¿Benedicto?

Después de una breve sorpresa, Fabiola sintió un súbito arrebato de ira.

¿Cómo supo Benedicto que estaba allí?

La comisura de los labios de Benedicto se alzó levemente, y su mirada amable se posó en Pablo, que seguía a Fabiola.

Sin embargo, en lo profundo de sus ojos, parecía como si se estuviera gestando una tormenta.

Al ver a Benedicto, Pablo también se quedó paralizado.

Incluso buscó instintivamente en su memoria a qué familia pertenecía el hombre que tenía delante.

Pero, a pesar de revisar su almacén de memoria, no encontró nada.

Eso lo hizo mirar cautelosamente a Benedicto.

Este hombre claramente no era sencillo.

Mientras Pablo lo observaba sin disimulo, Benedicto solo le dirigió una mirada fugaz, antes de bajar la cabeza y hablar con Fabiola: —Vargas dijo que estabas llevando a una amiga a casa, vine a ver cómo estabas, ¿necesitas ayuda?

Al decir esto, tomó la mano de Fabiola.

Silenciosamente declarando su territorio.

Fabiola, aún enojada porque Benedicto sabía de su
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