Capítulo 289
El asistente preguntó ansiosamente: —Jefe, ¿qué significa esto de Fabiola?

El padre de Marcelo frunció el ceño, también confundido.

Nunca había tratado con Fabiola antes y solo sabía que era una mujer sin cerebro.

A pesar de que el abuelo Sánchez la apoyaba para ser la esposa de Cedro, ella logró arruinar esa oportunidad.

Tras un momento de reflexión, llamó a Claudia y con un gesto despidió al asistente.

El asistente se retiró apresuradamente.

La puerta se cerró y Claudia contestó el teléfono.

—Señorita Salinas, tenía razón, Fabiola vino a verme.

Claudia estaba jugando a las cartas. Al escuchar esto, sonrió con suficiencia: —Oh, ¿y qué dijo?

—Me propuso comprar mi empresa en seis meses a un precio superior al del mercado.

Claudia se rió.

Eso hizo que sus amigas levantaran la vista y le preguntaran: —¿Vas a ganar?

Claudia sonrió: —No, es que escuché un chiste muy gracioso.

Dicho esto, se levantó para dejar que alguien más jugara por ella y se dirigió a la sala de estar.

—¿Te interesa? —
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