—¿Te ha gustado la habitación, cariño?
Respiré hondo antes de contestar.
—¿Dónde están Jess y Maylie?
Vincent permaneció en silencio y contestó unos segundos después.
—¿Por qué te importa? Ahora te tengo a ti, así que están fuera de nuestras vidas mientras tú y yo empezamos una nueva vida juntos.
—Estás loco, Vincent. Estás loco.— Mi voz se quebró mientras casi rompía a llorar.
—Sí, loco por ti—. Sonrió y saltó del sofá hacia mí. —Eres mi vida, Elena. Por eso te lo di todo hace cinco años. Pero me dejaste y me perdí.
Mis cejas se fruncieron al escuchar su historia.
—No puedo volver a perderte, cariño. Tengo que hacer todo lo posible para encontrarte—. Continúa. —Me
—Sr. Crinsen, ¿qué hace aquí? La Sra. Valentin sigue trabajando—. Vivian bostezó mientras se rascaba los ojos.—No, no está trabajando. La secuestraron—. Le dije.Y sus ojos se abrieron de golpe.—¿Secuestrada?—Sí, fue secuestrado por un tipo llamado Vincent y Avery puede estar en peligro. Tiene que salir de aquí—. Le dije y ella se movió rápidamente.Me alegro de que confiara en mí de inmediato y no quiero que Avery también se escandalice o algo así.Entré en su casa mientras cerraba la puerta de nuevo.—Solo empaca sus cosas. No hace falta que te las lleves todas, pero sí las suficientes. Siempre y cuando dejemos este lugar de inmediato.Vivian metió sus cosas en esta bolsa rosa mientras yo iba a por Avery.Estaba durmiendo plácidamente y no quiero despe
ELENADespertar al día siguiente... No estoy seguro de si es por la mañana o no, pero puedo ver un atisbo de rayos de sol saliendo por las ventanas bloqueadas. Vincent ya no estaba a mi lado pero yo sigo esposado al cabecero de la cama.Maldita sea.Dios, me pregunto cómo estará Avery. Estará muy preocupada y confusa. No quiero que se sienta asustada ni nada en este momento. En momentos así, quiero que sea fuerte.Me incorporo aunque me duela la muñeca por el frío que me ha tenido el brazalete inoxidable toda la noche y ya me duela el brazo.Parpadeo para aclarar mi visión de todo el lugar. Muevo la mano para sacarla del brazalete, pero es inútil. Lo único que gano haciéndolo continuamente es arañarme la muñeca.Cielos, me siento como si siguiera atrapado en una pesadilla. Todo sucedió tan de repente y mi mente todavía
—Shh... no llores—. arrullé, frotando su espalda y ella lloró aún más fuerte. —Pequeña...—¿Mamá está viva?— Gimoteó mientras hipaba. —Por favor, dime que está a salvo.—Ella está a salvo, mi amor.— Le susurré al oído. —Alguien se la llevó y no sabemos quién es pero ya sabemos dónde está. Ella va a estar en casa antes de que te des cuenta.—¿Qué tan seguro estás?— Ella continuaba llorando, mientras sus ojos secaban sus lágrimas. —¿Estás seguro de que estará a salvo?—Muy seguro, pequeña—. Usé mi dedo para levantar su barbilla y que me mirara a los ojos. —Escúchame, Avery. Sé fuerte, ¿vale? Salvaré a tu mamá y os protegeré a ti y a ella porque os q
—¡No te irás de aquí hasta que esté satisfecho, zorra!— Vincent me gritó al oído y luego me dio una última bofetada fuerte en la cabeza antes de dejarme sola en este cuarto de baño.Joder.No siento mi cuerpo. Siento la cara hinchada y me duele rápidamente.No está en sus cabales. Necesita estar en un centro de salud mental inmediatamente. Pero ya no creo que se salve. Necesita ser encerrado en una habitación porque lo que ha hecho es un acto inhumano.Y yo tal vez la siguiente línea de los cadáveres de abajo.Empecé a llorar otra vez. No estoy asustado si muero ahora pero elegiría ser esa manera entonces deje Avery experimentar tal cosa. La salvaré de él. Ella no necesita conocerlo aunque yo muera.Zamir...Lo amo tanto.Me alegro de haber podido conocerlo y de haber tenido la oportunidad de tener u
—¡Zamir! ¡Ayúdame! ¡Por favor!—¡Nadie te va a buscar, joder!— Lentamente se quitó los pantalones junto con los bóxers pero antes de que realmente pudiera seguir su camino, un fuerte sonido de cristales rompiéndose vino de abajo que detuvo a Vincent de moverse.Oh Dios. Gracias a Dios. Luego seguido por otro sonido de rotura.—¿Qué coño?— Maldijo y se quitó el peso de encima, volviendo a ponerse los pantalones. Cogió algo del armario que estaba cerca de nosotros y me lo ató alrededor de la boca, impidiéndome decir una sola palabra. —No digas una puta palabra.Vincent salió del dormitorio.Mi corazón late rápidamente. No quiero pensar que se trata de una ayuda ni nada por el estilo, pero tampoco quiero hacerme ilusiones. ¿Pero hay algún gato o algo que pueda venir aquí en s
Zamir regresó sosteniendo una bandeja con una especie de sopa y fideos.—Avery, ¿quieres comer?—No, mamá. Ya he comido—. Contestó ella.Zamir colocó la bandeja en su regazo y me dio de comer como si yo fuera discapacitada o algo así provocándome una carcajada.—Vamos, déjame hacer esto.—Zamir, puedo hacerlo yo sola. Mi cuerpo aún funciona—. Afirmé, cogiéndole la cuchara pero él la apartó de mi alcance.—No. Yo te alimentaré, así que por favor déjame—. respondió Zamir, con tono grave y serio.Vale, ¿qué puedo decir? Simplemente acepté y dejé que lo hiciera. No quiero discutir con él porque estoy demasiado cansada para eso. Zamir me da de comer hasta acabar con la deliciosa sopa y los fideos.—Venga, vamos a limpiar todas e
—Te traje aquí para que descansaras, pero probablemente te agote—. Zamir se rió, mientras yacíamos desnudos en su cama. Yo apoyaba la cabeza en su pecho desnudo mientras él jugaba con el pelo.Me encanta oír su risa genuina. Dios, echaba de menos eso. Los días que he estado con Vincent han sido horribles. Me encerró por Dios sabe qué. Sin darme cuenta, me enterré cerca de su cuello y lo abracé con fuerza.—No importa.— Murmuré, besando el pliegue de su cuello.—¿Todavía te duele el cuerpo?— preguntó.—¿Los que me dio Vincent? No. Los de las posturas que hicimos, sí—. Bromeé juguetonamente.—Lo siento. Se disculpó rápidamente.—Sólo bromeaba—. Dios, qué rápido se preocupa. Cerrando los ojos, dejé que mi al
—¿Qué se supone que debo hacer ahora?— Dejé caer mi cuerpo en el sofá. —Quiero decir, no tengo más ropa que ponerme desde que Vincent lo destruyó todo. Puedo pedirte camisas prestadas todo el tiempo. Tengo que comprar algo ahora mismo.—No es necesario.— Zamir salió por detrás.Entonces se oye un zumbido procedente del exterior que hace que me gire y mire hacia la puerta.—¿Quién era?Zamir no contestó, se dirigió directamente a la puerta principal y la abrió para revelar a cinco mujeres que llevaban docenas de bolsas de la compra para colocarlas dentro del salón. Mierda, no son marcas corrientes. Son marcas muy conocidas. Cuando las mujeres se fueron, miré las bolsas y mis ojos se abrieron de par en par al ver el increíble estilo de la ropa.—¿Esto es para mí?—Sí