***RECUERDO***La noche anterior.“Andrew, solo tengo que ir un momento al baño. Los asientos de la primera fila, ¿cierto? Te alcanzaré”, le dijo Kenzie a su esposo en cuanto llegaron a la ópera.“Está bien, cariño. No tardes tanto”, respondió Andrew antes de girarse en dirección a las escaleras que llevaban al teatro.En cuanto Andrew se apartó de su lado, Kenzie le dio la espalda y sacó su teléfono. Marcó el número de su tío Felix.Kenzie: “Tío Felix, es Kenzie”.Amelia: “Oh, Kenzie. Soy Amelia. Deja que le pase el teléfono a Felix…”.Kenzie: “Por favor, tía. Es muy importante”.Tardó unos segundos, pero Felix pudo finalmente contestar la llamada: “Hola…”.Kenzie: “Tío Felix, es Kenzie. No-tengo-tiempo-para-explicarte-todo, pero necesito tu ayuda”.Felix: “¿Qué? Más despacio, ¿quieres, querida?”.Kenzie: “Estoy en un aprieto. Conocí-a-un-chico-en-un-crucero. Un chico realmente guapo. Parece un Adonis…”Felix: “¿Un qué?”.Kenzie: “Ya-sabrás-cuando-lo-veas, podrías-hasta-d
“Andrew, tengo que decirte algo”, dijo Kenzie directamente en el momento en que la pareja Song salió hacia el aeropuerto. Los dos seguían en el Hotel Cuatro Estaciones, esperando a que Wendell volviera a la entrada.Era mediodía y la gente se aglomeraba en la entrada del hotel, por lo que Andrew se preguntó: “¿Aquí? ¿Qué pasa, cariño?”.Kenzie se preparó. Tomó una bocanada de aire antes de decir: “Aquel día en el crucero, el día que te conocí…”.Sus palabras fueron interrumpidas por el fuerte pitido de dos vehículos, uno de ellos de Wendell y el otro de otro coche detrás de él, presionándolo para que se moviera de la concurrida entrada.Ella frunció el ceño al darse cuenta de que tendría que dejarlo para más tarde. Andrew la tomó de la mano y subieron al coche.Mientras conducían de vuelta al apartamento, Wendell se mostró tan locuaz como de costumbre; era demasiado hablador para su propio bien.“Señor, Andrew, señor. Su padre estaría muy orgulloso de saber la noticia. Incluso el
[ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO ES R-18. TIENE CONTENIDO PARA ADULTOS NO APTO PARA LECTORES JÓVENES].La confesión de Kenzie seguía abrumando a Andrew y, en ese momento, ella acababa de admitir estar dispuesta a hacer el amor.Aunque a él no le importaba en absoluto tener sexo, enterarse de que ella también lo amaba hizo que la invitación fuera demasiado buena para dejarla pasar. Después de muchas noches de tener erecciones, durmiendo al lado de su esposa sin poder ocuparse de ella la mayoría de las veces, su hombría se hinchó demasiado rápido tras la oferta de ella de… gritar su nombre.‘¡Oh, mierda!’. Sus sentidos se fueron por el drenaje, solo de pensar en lo que le haría a ella.Con su cuerpo excitado, aplastó sus labios contra los dulces bordes de ella, y con su voz provocativa, propuso: “Gritarás mi nombre toda la noche, ¿verdad, Kenzie?”.Observó cómo los rosados labios de Kenzie palpitaban, dudando por un momento, pero finalmente, ella respondió: "Suena…bien…”.Mientras la mi
[ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO ES R-18. TIENE CONTENIDO PARA ADULTOS NO APTO PARA LECTORES JÓVENES].Andrew quería todo de Kenzie y al verla lista para que él la tomara, su miembro actuó por sí solo y se paró por completo.Había estado esperando ese momento durante más de un mes.Sí, así es. Incluso en la primera noche en el crucero, había estado deseando tomarla. Ella era demasiado hermosa, y él era afortunado de tenerla.Mantenerse bajo control fue difícil, especialmente porque Kenzie era perfecta en todos los sentidos; era hermosa y sensual con sus grandes pechos, su cintura delgada y sus piernas largas.Al escucharla gemir de euforia y pronunciar su nombre, él se incorporó y admiró el brillo de su entrada. Le advirtió antes de alinear su miembro a su papaya.Él la observó por un segundo, y tras darse cuenta de que no había resistencia, apretó la mandíbula y empujó su miembro hasta la mitad.“¡Aaah!”. Escuchó a Kenzie gemir de dolor. Las cejas de la mujer se juntaron mientras ja
“La cuestión es que hay-una-pequeña-cosa-que-no-te-dije. Mmmm. Es muy difícil esto. Hay-muchas-cosas. ¡Arrgh! No-estoy-segura-en-cómo-decirte esto, pero…”. Kenzie hizo una pausa y suspiró. “¿Te he dicho alguna vez que eres tan guapo y que te amo?”.“¿Qué?”. Andrew se echó hacia atrás, desconcertado. “¿Para qué fue toda esa introducción? Espera. Dame un momento, cariño”.Una llamada entró en el teléfono de Andrew. Él contestó.Obviamente, Kenzie no pudo decírselo a Andrew.No sabía ni por dónde empezar, teniendo en cuenta que mintió desde el principio sobre sus antecedentes.Cuando ella acabó dándole al hombre un conjunto de palabras confusas, el hermano de Andrew, Ambrose, la salvó de continuar donde lo había dejado. Ella tomó una decisión; tenía que planificar cómo le daría a su esposo la gran revelación.De pie frente a las ventanas con cortinas con el trasero desnudo, Andrew tenía su teléfono en la oreja. Su espalda bien marcada estaba frente a ella y ésta no pudo evitar fijar
“Llegamos, señora Kentworthy. Disfrute de la noche”, dijo el chofer, sonriéndole a Kenzie desde el espejo retrovisor.Ella miró por la ventana tintada y respiró hondo.Cuando Andrew dijo que iba a conocer a su madre, aparentemente, se iban a encontrar en un acto benéfico organizado por Ambrose, el hermano de Andrew.Eso significaba que Kenzie no solo iba a conocer a su suegra, sino que esencialmente iba a conocer a todos los miembros de la familia de Andrew, incluidos su padre y su familia adoptiva.Ciertamente, era suficiente para ponerla nerviosa. Le importaba mucho la opinión de la familia de Andrew, especialmente desde que se había dado cuenta de sus sentimientos por él.La noche anterior compartió brevemente con Andrew lo sucedido en el café. También tenía intención de hablar de su familia, pero el hombre llegó a casa pasada la medianoche y no estaba en condiciones para escuchar.Lo único que Andrew había dicho en ese momento fue: “Ignórala. Estoy realmente agotado. Me vendr
Desde una mesa, no muy lejos de donde estaban sentados Kenzie y Andrew, un par de ojos grises se llenaron de envidia.Justo hacía menos de media hora, ella solía ser el centro de atención, pero en el momento en que Kenzie entró con Andrew, la admiración en los ojos de casi todos se alejó de ella.Las manos de Briana Evans formaron puños cerrados bajo la mesa donde se sentaba con su familia y la de Jonard.Vio cómo Kenzie había formado fácilmente un vínculo con la madre de Andrew, uno que ella no había logrado en toda su vida. Todo lo que recibía de Anabelle era reconocimiento, nunca adoración.Briana se dirigió a Jonard, quien estaba discutiendo un trato con un empresario italiano, y sugirió: “Jonard, Andrew ya está aquí. ¿Por qué no vamos a saludarlo?”.Jonard Hill, el mejor amigo de Andrew, sonrió mirando hacia la mesa lejana y dijo: “Oh, no me había dado cuenta de que el chico había llegado”. Se dirigió al empresario italiano y le sugirió: “¿Quiere conocer al próximo Director E
Tras estudiar el programa de la celebración de esa noche, Kenzie sonrió al ver la canción que a menudo cantaba durante las reuniones comunitarias celebradas los domingos en su casa. Una de las cosas que apreciaba de Andrew era el hecho de que compartían las mismas creencias.Justo cuando estaba recordando la reunión familiar habitual de los fines de semana, el presentador del evento anunció que el programa estaba a punto de comenzar. Tras una breve alabanza, Ambrose le daría la bienvenida a todos los invitados.Kenzie aún no había sido presentada formalmente a Ambrose, pero comprendió que probablemente estaba ocupado, dado que se trataba del evento de su compañía.A diferencia de su esposo, Ambrose eligió dirigir una compañía financiera, Oro Financiero de A&A, que él y Andrew fundaron cuando tenían poco más de veinte años.Como conocía a muchos inversionistas que tenían dinero para despilfarrar, Ambrose organizaba a menudo actos benéficos, subastando regularmente joyas, cuadros y