“¡Fu Jingyun, suéltame!”.

Catalina intentó apartar la mano de Fu Jingyun, pero no pudo superar la diferencia de fuerza entre un hombre y una mujer. Solo pudo dejar que su respiración se volviera más y más contraída.

Justo cuando pensó que estaba a punto de morir, Fu Jingyun por fin la soltó.

“¡Cof, cof!”. Catalina siguió tosiendo, hasta que se recuperó. Entonces levantó la vista y miró fijamente a Fu Jingyun. “¿Te has vuelto loco?”.

“Quiero ver a Bo Gelian”.

La repentina petición de Fu Jingyun dejó atónita a Catalina. “¿Quieres ver a Bo Gelian?”.

“Al principio, cuando acepté unirme al centro de investigación, pensé que confiaba en mí. Sin embargo, parece que no confía en mí, y confía aún menos en mis habilidades”.

Él no podía seguir así. Necesitaba encontrar una forma de entrar en el núcleo de investigación lo antes posible, si no el tiempo que le quedaba a Jiang Sese se acortaría cada vez más.

Su corazón se llenaba de fastidio y pesar cuando recordaba que el estado de