Fang Yuchen se burló: “Fang Yanqin, ¡realmente eres una escoria!”.

Lo dijo con un fuerte énfasis en las tres últimas palabras.

Fang Yanqin se sonrojó. “Yo... estaba borracho y pensé que era otra persona”.

Su tartamudeo hizo reír a Jiang Sese. “Me llamaste por mi nombre, ¿y ahora dices que estabas borracho?”.

“Yo...”. Fang Yanqin todavía quería objetar.

“¡Cállate! Estás aquí para disculparte, no para dar esas excusas”, reprendió Fang Yanxin.

“¡Hermano!”.

Fang Yanxin ignoró su expresión de disgusto y miró de reojo a Jin Fengchen, que seguía enfurecido, y continuó: “No importa cuáles sean tus razones para hacer algo así, estás equivocado. Será mejor que pidas perdón a Sese”.

Señaló constantemente a Fang Yanqin con sus ojos mientras decía esto.

Este último solo pudo reprimir la falta de voluntad en su corazón y bajó la cabeza de mala gana: “Prima, lo siento. Por favor, perdóname”.

¿Cómo podía Jiang Sese aceptar una disculpa tan poco genuina?

Se quedó con la mirada perdida y dijo