Fu Jingyun y la niña ya se habían perdido de vista.

Pero Xiaobao aún estaba asomando la cabeza y siguió mirando a lo lejos, esperando ansiosamente el regreso del padre y la hija.

"Vuelve a entrar. Ya se han ido, y mirar el aire vacío no les hará volver. ¿De verdad te agrada tanto la niña?".

Jin Fengyao dejó los palillos, se acercó a Xiaobao y le acarició la cabeza. Él encontraba divertida la reacción del niño.

Xiaobao se dio la vuelta haciendo un mohín. Parecía tan reacio a ver partir a la niña como sus abuelos.

"Es que me agrada".

"Xiaobao no está solo. Esa niña es tan adorable que nos derrite el corazón. Cómo me gustaría que fuera nuestra nieta".

Sosteniendo a Xiaobao en sus brazos, la Señora Jin miró en la dirección en la que se había ido la niña y suspiró emocionada.

"Así es. Es tan encantadora. Ahora que lo pienso, parece que se cruza con nosotros todo el tiempo. La adoraríamos si fuera nuestra nieta".

El habitualmente duro Señor Jin intervino y también pareció conmovido