En un abrir y cerrar de ojos, la niña había corrido hacia ella.

Jiang Sese se agachó apresuradamente para atraparla, pues temía que se cayera.

Una vez que la niña se mantuvo en pie, Jiang Sese deslizó con ternura un dedo doblado por su nariz.

"Corres muy rápido, pequeña. ¿No tienes miedo de caerte?".

La niña se acurrucó en los brazos de Jiang Sese. Al escuchar estas palabras, soltó una risita.

Agarrada al cuello de Jiang Sese con fuerza, frotó su cabeza contra él y dijo dulcemente: "No tengo miedo, no tengo miedo. Mami me va a atrapar".

Aunque no podía hablar con claridad, su lenguaje corporal expresaba mucho.

Sus ojos negros se movían con descaro. No tenía miedo porque sabía que había alguien que la apoyaba, y su actuación lo demostraba brillantemente.

Jiang Sese sacudió la cabeza con una sonrisa.

Extendió una mano y quitó suavemente el polvo del cuerpo de la niña, y luego la cargó.

Hizo lo posible por mantener una expresión estricta, pues quería darle una lección.

"Te has