"Señorita Su, usted es demasiado modesta".

Instantáneamente, el estatus de Su Qingyin en el departamento de mercadeo se elevó.

"Está bien, les dejo con su trabajo. Aún necesito terminar algo". Después de eso, Su Qingyin sonrió con satisfacción, entonces se dio la vuelta y regresó a su oficina.

No podía esperar a ver la expresión del rostro de Jing Sese cuando ella se enterará mañana, en el evento de licitación, que las dos tenían un plan de mercadeo idéntico.

Después de obtener un plan de mercadeo perfecto tan fácilmente como soplar polvo, Su Qingyin durmió como una bebé esa noche.

Pronto, sería el día de la licitación de Eisley.

Jiang Sese se levantó muy temprano.

Aunque tenía confianza en su plan de mercadeo, eso no significaba que definitivamente pudieran conseguir ese trato publicitario.

Ella escogió un traje exquisito de su armario justo para la ocasión, y entonces se maquilló con cuidado.

Jiang Sese se paró frente al espejo mientras sostenía el plan que había creado dura