Jiang Sese empujó la puerta del despacho y enseguida vio al hombre sentado tras el escritorio. Tenía la cabeza baja mientras leía atentamente sus documentos.

Jin Fengchen pensó que era Gu Nian quien entró, así que no le prestó atención.

Solo esperaba que Gu Nian le diera su informe.

“¡Papi!”.

Inesperadamente, habló una voz suave y carrasposa.

Levantó la vista y una sonrisa se dibujó en su frío rostro. Miró a la madre y al niño con dulzura: “¿Por qué están aquí?”.

“Vinimos a verte”. Jiang Sese se acercó y puso la bolsa del almuerzo sobre la mesa. “También trajimos la cena”.

Cuando se acercó, notó las ojeras que tenía y no pudo evitar sentir angustia. “No pudiste descansar bien estos dos días. ¿Estás cansado?”.

“No”.

Estaba un poco cansado, pero cuando vio a la madre y a la hija, sintió que todo el cansancio desaparecía de él.

Solo se sintió relajado.

Jiang Sese fingió que lo miraba con enojo. “Estás mintiendo, tienes ojeras”.

“¡Papi, te extrañamos demasiado!”. Tiantian c