El Amo Jin y la Señora Jin también se quedaron en la Capital. Hicieron turismo durante el día y solo volvieron a casa por la noche.

Toda la familia cenaba junta, y era muy agradable.

Jiang Sese esperaba vivir así todos los días, pero sabía que no podía quedarse en la Capital por mucho tiempo.

Después de pasar unos días con el Viejo Amo Fang, decidió llevar a sus dos hijos de vuelta a la Ciudad Jin.

Estos días, aunque se quedaba en la Capital, siempre estaba preocupada por las cosas en la Ciudad Jin.

Le preocupaba que Jin Fengchen no comiera a tiempo y se quedara hasta tarde trabajando sin ella.

Por eso quería volver y cuidar de él.

Además, seguía siendo su secretaria. En su ausencia, la otra secretaria trabajaría más. No podía estar ausente mucho tiempo.

El Viejo Fang se sentía muy reacio, pero no la obligó a quedarse. Solo le dijo que se cuidara.

“Abuelo, vendré a menudo a verte. Si nos echas de menos a mí y a los niños, puedes llamarnos por videollamada”.

“De acuerdo, lo e