“¡Papi, Mami!”.

Tiantian se abalanzó a los brazos de Jiang Sese.

Tiantian, que acababa de ducharse, tenía un dulce aroma lácteo en su cuerpo.

“¿Te portaste bien? ¿Te terminaste tu comida hoy?”, le preguntó Jiang Sese después de acomodarle su pijama.

“Sí, también me tomé dos platos de sopa”. Tiantian levantó dos dedos.

Jiang Sese sonrió agradablemente. “Eso es impresionante”.

Luego miró a Xiaobao. “¿Y tú? ¿Terminaste tus deberes?”.

“Ya terminé todo. También terminé de leer los libros que no había terminado”.

El hecho era que ella sabía que no necesitaba vigilar a Xiaobao y sabía que este chico tan bien educado y sensato terminaría sus tareas.

“Muy bien, entonces puedes jugar un rato más antes de ir a la cama”.

“Sí”.

Los dos niños respondieron al unísono y se dirigieron de nuevo a la sala de juegos.

Ella los observó con ojos amables.

Jiang Sese no pudo evitar suspirar. “En serio espero que podamos vivir nuestros días así de tranquilos”.

Jin Fengchen se agarró a sus hombros.