Esa mañana, Jiang Sese estaba arriba cambiando a Tiantian cuando el ama de llaves entró y le dijo que tenía un invitado.

“¿Invitado?”.

Jiang Sese frunció el ceño. ¿Quién podría ser que viene tan temprano en la mañana?

“Tiantian, termina de cambiarte por tu cuenta y luego baja con tu hermano a desayunar. ¿Entendido?”.

“De acuerdo”.

“Qué buena chica”. Jiang Sese sonrió y acarició la cabecita de Tiantian, luego se levantó y salió de la habitación.

Bajó al primer piso y vio a Gu Nian parado en la sala de estar.

“¡Gu Nian!”.

Ella corrió hacia él con los ojos muy abiertos y miró a su alrededor, pero se dio cuenta de que Gu Nian estaba solo. La persona que más echaba de menos no estaba allí.

La enorme ola de desesperación barrió su fugaz momento de felicidad. Su corazón se sintió dolorido y no podía respirar.

Gu Nian inclinó la cabeza respetuosamente. “Joven Señora”.

“¿Acabas de llegar?”. Jiang Sese trató de reprimir sus emociones.

“Sí”.

“¿Has desayunado?”.

“No”.

Jiang Sese as