-dei..de…por favor-

mi cuerpo temblaba mientras que la respiración de deimon era pesada, mis dos manos se aferraban a sus dos brazos enormes apretándolo y clavando mis uñas en ellos pero era como si deimon no lo sintiera  —MÍA-

decía él una y otra vez, sus dedos ya no tenían las garras afuera. Su mano empezó a recorrer mi cara mojada por lágrimas las cuales el seco, luego bajo por mi cuello se detuvo en mis pechos y los apretó mientras que lamió cada uno de mis pezones, siguió bajando por mi intimidad hasta llegar a las puntas de mis dedos, sus gruñidos eran intensos estaba muy excitado con una de mis manos lentamente baje por su abdomen lleno de pelos pero no bastó mucho para sentir lo enorme de su miembro aclare mis ojos y solté un grito no podía permitir que eso entrara por mi vagina me desgarraría

 —no por favo