Martin se despierta esa mañana con una maquiavélica idea en su cabeza, él estaba dispuesto a todo para no ser descubierto, no pensaba pasar sus últimos días en la cárcel.

Así que toma el celular y llama a Fransua, quien tenía varios días de haber sido liberado.

_¿Fransua? ¿Cómo has estado? ¿Que se siente estar libre de nuevo?.

_¡Muy bien! Ya estoy acostumbrado, así es este negocio, solo te toca mover las fichas adecuadas y listo, estás otra vez libre¿Pero a qué se debe tu la llamada? ¿No me digas que vas a dejar el negocio? Estás ganando muy bien.

_No claro que no, precisamente porque no quiero dejar el negocio es que te llamo, necesito un favor Fransua, necesito que me ayudes a callar a una persona que no solo me puede perjudicar a mí sino a ti también.

_¿Cómo? ¿Quien?_ Pregunta Fransua Intrigado.

_El contador qué era de la compañía, el que nos ayudaba a disfrazar las cuentas, Amadeo, ese es su nombre, anoche me llamó y me amenazó con hablar si no lo sacaba de la cárcel, y como no pi